martes, 2 de junio de 2009

¿Quien es frank kafka?




BLOG REALIZADO POR ADRIAN GARCIA POZO DE 4ºESO C



Franz Kafka(Praga, 3 de julio de 1883 – Kierling, cerca de Klosterneuburg, Austria, 3 de junio de 1924) fue un escritor checo en lengua alemana. Su obra es una de las más influyentes de la literatura universal en el último siglo, a pesar de no ser muy extensa: fue autor de tres novelas (El proceso, El castillo y América), una novela corta, La metamorfosis, y un cierto número de parábolas y relatos breves. Además, dejó una abundante correspondencia y escritos autobiográficos, la mayor parte publicados póstumamente.

BIOGRAFIA

Praga, además de tener una historia cristiana, es también una ciudad judía, con uno de los guetos más antiguos de la Europa central. Mercaderes judíos se instalaron en la parte baja del Castillo de Praga sobre la colina de Hradčany (o Hradschin) desde 965.

Luego, lo hicieron sobre la ruta de Vyšehrad, al sur de la Ciudad Vieja de Praga (Prager Altstadt o Staré Město). De ellos desciende Kafka. Cristiana y judía, Praga ha sido igualmente una ciudad alemana: bajo los Habsburgo, durante 300 años, la lengua alemana tuvo tiempo de penetrar en la administración, la enseñanza, el comercio y el arte.

En 1880, la ciudad contaba con 42.000 alemanes (de los cuales la mitad aproximadamente era de origen judío). Kafka nace el 3 de julio de 1883 en un viejo edificio situado en el límite del ghetto judío de Praga, a dos pasos de la iglesia rusa ortodoxa de San Nicolás. Es hijo de Hermann Kafka (1852-1931) y Julie Löwy (1855-1934). Hermann (originario de una aldea de la Bohemia checa meridional, e instalado en Praga en 1881, en el gueto judío de Josefstadt) regentaba desde 1882 un negocio de pasamanería o mercería en la Zeltnergasse (Celetná ulice) 12, que transformaría más tarde en unos grandes almacenes que le dieron reputación de ciudadano respetable. Se le da el nombre de Franz en honor al emperador Francisco José I. Era checo, aunque su idioma materno fue el alemán. Julie Löwy había nacido en el seno de una familia germano-israelita, cultivada y rica, fabricante de cerveza. Kafka aprendió el idioma checo, ya que su padre procedía de Osek cerca de Písek, donde era un miembro de la comunidad judía checohablante ("Kafka" significa "grajo" en checo: ave que serviría de emblema para el negocio familiar) y quería que su hijo hablara con fluidez ambos idiomas.

Sin embargo, la familia adoptó la cultura y la lengua alemana en la formación de sus hijos ya que de la relación con ellas dependía en buena manera el progreso económico y el reconocimiento social. Kafka también conocía el idioma y la cultura francesa. Uno de sus autores favoritos fue Flaubert; otros dos fueron Dickens y Cervantes, pero también hay que contar a Goethe. De 1889 a 1893, Kafka asistió a la escuela primaria (Deutsche Knabenschule) en la calle Masná. (Fleischmarkt) en Praga y posteriormente al instituto en Staroměstské náměstí (situado en el Palacio de los Kinsky), donde completó su examen de Bachillerato en 1901.

A continuación estudió Derecho en la Universidad Carlos Fernando de Praga, y obtuvo el doctorado en leyes en 1906. De estudiante tuvo un papel activo en la organización de actividades literarias y sociales; promocionó representaciones para el teatro judeoalemán, a pesar de los recelos por parte incluso de sus amigos más íntimos, como por ejemplo Max Brod, quien habitualmente le apoyaba en todo lo demás. Contrariamente a su temor de ser percibido de manera repulsiva tanto física como mentalmente, impresionaba a los demás con su aspecto infantil, pulcro y austero, su conducta tranquila y fría, y su gran inteligencia, además de su particular sentido del humor. Después de sus estudios, en 1907 ingresó como pasante, sin ser retribuido, en una agencia italiana de seguros de accidentes laborales (Assicurazione Generali); fue entonces cuando comenzó a escribir.

Al año siguiente obtuvo un contrato fijo en otra agencia de dicho ramo. El padre de Kafka se refirió a este trabajo como "Brotberuf" —un empleo tan sólo para pagar las facturas. En 1913 escribe su libro inicial Consideración y en 1915 el famoso relato La metamorfosis. En 1917 se le diagnosticó tuberculosis, lo que le obligó a mantener frecuentes períodos de convalecencia, durante los cuales recibió el apoyo de su familia, en especial de su hermana Ottilie, con quien tenía mucho en común. En 1919 finaliza los catorce cuentos fantásticos (o catorce lacónicas pesadillas) que componen Un médico rural. Un tema de gran importancia en su obra es su relación con un padre autoritario. En la intimidad, éste no dejó nunca de menospreciar a su hijo y hasta el año 1922 lo tiranizó. De ese conflicto y de sus tenaces meditaciones sobre las "misteriosas misericordias" y las ilimitadas exigencias de la patria potestad, declaró el propio Kafka que procedía toda su obra, incluyendo en particular su célebre Carta al padre, nunca publicada en vida. Su relación tormentosa con varias mujeres fue determinante. La más familar con Felice Bauer dio origen a una correspondencia fundamental, analizada por Canetti.

A principios de 1920, mantuvo una relación amorosa con la escritora, traductora y periodista checa Milena Jesenskà. En 1923 se trasladó a Berlín, con la esperanza de distanciarse de la influencia de su familia y concentrarse en su obra; se reunió con Dora Diamant, una joven de 25 años descendiente de una familia judía ortodoxa, que había huido de su pueblo natal, a la que había conocido en el verano del mismo año en una colonia judía de vacaciones, en Müritz, a orillas del Báltico. Dora se convirtió en su compañera y tuvo mucho que ver en el interés de Kafka por el judaísmo. En sus diarios y cartas se queja frecuentemente de insomnio y dolores de cabeza. Fue un partidario de la dieta vegetariana y del naturismo. Se dice que consumía grandes cantidades de leche sin pasteurizar, lo que pudo ser el factor desencadenante de su tuberculosis, en 1917. No hay coincidencia de pareceres sobre los más que probables trastornos psicológicos de Kafka.

En sus cuadernos íntimos él habla de "demonios", "derrumbamiento", "embates", "desamparo", "persecución", "soledad", "asalto a las últimas fronteras terrenales", "agobiante observación de uno mismo" y muchas otras expresiones más que aluden a un mundo oscuro, desconcertante y desconocido. La interpretación médica que se haga de estos pasajes no dejará de ser arriesgada y sobre todo simplificadora. Kafka fue un ser atormentado y complejo, pero también, a su manera, gozó de la vida con una intensidad fuera de lo común. El estado de salud de Kafka empeoró sensiblemente en años posteriores con el avance de la enfermedad. Regresó a Praga, acudiendo posteriormente a un sanatorio cerca de Viena para recibir tratamiento.

Los problemas físicos le causaron molestias en la garganta, lo que hacía que el tragar los alimentos le resultara muy doloroso, de manera que en sus últimas semanas se alimentó principalmente de líquidos. Murió en el sanatorio el 3 de junio de 1924. Su cuerpo fue llevado a Praga, donde fue enterrado, el 11 de junio de 1924, en el Nuevo Cementerio Judío de Praga-Žižkov. Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Con anterioridad a su fallecimiento, dio instrucciones a su amigo y albacea Max Brod de que destruyera todos sus manuscritos; Brod hizo caso omiso de esas instrucciones, y supervisó la publicación de la mayor parte de los escritos que obraban en su poder. La compañera final de Kafka, Dora Diamant, cumplió sus deseos pero tan sólo en parte.

Dora guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos, incluyendo 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que fueron confiscados por la Gestapo, en 1933. Actualmente prosigue la búsqueda de los papeles desaparecidos de Kafka a escala internacional. Los escritos de Kafka pronto comenzaron a despertar el interés del público y a obtener alabanzas por parte de la crítica, lo que posibilitó su pronta divulgación, hasta el punto de que marcaría el proceso posterior de la literatura del siglo XX. Todas sus páginas publicadas, excepto varias cartas en checo dirigidas a Milena, se encuentran escritas en alemán. En su obra, a menudo el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. El adjetivo kafkiano se utiliza precisamente a menudo para describir situaciones similares. Una curiosidad: En ocasiones usaba el pseudónimo de Yerba amarga, supuestamente los días de mayor hastío o desazón. Harold Bloom ha escrito en 1995: «Desde una perspectiva puramente literaria, ésta es la época de Kafka, más incluso que la de Freud.

Freud, siguiendo furtivamente a Shakespeare, nos ofreció el mapa de nuestra mente; Kafka nos insinuó que no esperáramos utilizarlo para salvarnos, ni siquiera de nosotros mismos».

INTERPRETACION CRITICA

La mayoría de los escritores y críticos del siglo XX han hecho referencias a su figura. Ha habido multitud de estudiosos que han intentado (e intentan) encontrarle sentido a la obra de Kafka, interpretándola en función de distintas escuelas de crítica literaria, como por ejemplo la modernista, la realista mágica, etc. La desesperación y el absurdo de que su obra parece estar impregnada se consideran emblemáticos del existencialismo.

Aparte, unos han intentado hallar la influencia marxista en la satirización de la burocracia, en obras tales como En la colonia penitenciaria, El proceso y El castillo, mientras que otros apuntan al anarquismo como el fundamento de inspiración para el individualismo antiburocrático de Kafka (tomando en cuenta también su breve militancia en una organización de este tipo y su apoyo a algunas campañas promovidas por los anarquistas checos). Sin embargo, una parte importante de la crítica ha interpretado su obra bajo el prisma del Judaísmo; también se ha intentado darle una interpretación a través del Freudismo (debido a sus conflictos familiares); o como alegorías de una búsqueda metafísica de Dios, según propuso (Thomas Mann).

Más modernamente, Walter Benjamin habló de su tensión entre la tradición mística y la modernidad metropolitana. Hay quien considera, con todo, que bajo los renglones de Kafka no se encuentra ningún sentido oculto, que sólo son historias y cuentos. Pues el mundo que desea Kafka no es nada oculto, es un mundo de los hombres, construido por ellos mismos (Arendt). Y, en definitiva, nunca se enciende en Kafka el aura de lo infinito: cada frase vale literalmente lo que se dice en ella Adorno. Más aún, Barthes, de acuerdo con la crítica y traductora kafkiana Marthe Robert, defiende ante todo fijarse en su técnica "alusiva", técnica que apela a algo defectivo por fuerza, pues el sentido del mundo no es enunciable.

Se pone énfasis repetidamente en el tema de la alienación y de la manía persecutoria en Kafka; dicho énfasis se halla inspirado, en parte, en la contra-crítica de Gilles Deleuze y Félix Guattari, quienes mantenían que Kafka representa mucho más que el estereotipo de figura solitaria que escribe movida por la angustia, y que su trabajo era mucho más deliberado, subversivo y, aun así, "alegre" de lo que parecía ser. Los biógrafos han comentado que Kafka, como otros grandes escritores, tenía costumbre de leer capítulos del libro en el que estaba trabajando a sus amigos más íntimos, y que la situación llegaba a ser cómica y concluia en risas de todos. Su obra es expresiva, como ninguna otra, de las ansiedades y la alienación del hombre del siglo XX.

También viene a expresar las relaciones entre literatura y amenaza, como señala Blanchot. Su importancia es tal que en varias lenguas se ha acuñado el adjetivo «kafkiano» para describir situaciones que recuerdan a las reflejadas por él. De modo análogo ha acontecido con «borgiano» acerca de la temática y el estilo de Jorge Luis Borges, traductor y devoto de la obra del checo. Lo que ocurre, como señala Coetzee, es que siendo el menos psicológico de los escritores, Kafka tuvo un sentido penetrante de las obscenas interioridades del poder. Pero es cierto que puede entenderse de otro modo: Sebald describe la llegada de K. al Castillo como la elección del país de la muerte.